Tu cruz en el cielo desierto – Carolina Sanín
A poco de iniciar el relato Carolina Sanín decide adelantar el final. “Nunca nos tocamos, ni llegamos a estar en una misma habitación, ni siquiera en la misma ciudad del mundo”. Queda claro: no habrá encuentro entre los protagonistas de la historia de amor a distancia, entre la escritora colombiana y el poeta chileno que vive en China. Y esa decisión de spoilear el final bifurca el camino. Habrá quienes abandonen la lectura, pero el que siga se verá recompensado por las idas y vueltas de un río de palabras potente, agudo, conceptual. Sanín facilita ese camino con una forma de narrar que seduce por el estilo y el encadenamiento de las palabras que resultan más importantes que la historia en sí. El que se relata en “Tu cruz en el cielos desierto” será un amor fabricado con palabras, sin tacto y sin olfato. Es una novela, pero también es…
Sr. y Sra. Baby – Mark Strand
“Este es el verdadero alimento de un poeta: otros poemas, no un pastel de carne”. Así dice Mark Strand en la entrevista que se publicó en las últimas páginas de Sr. y Sra. Baby. Y entonces que se sepa: un poeta come bellezas, bellezas poéticas: ¿qué come, entonces, cuando quiere escribir prosa? O en todo caso mejor, qué comió Strand para escribir este, su único libro de relatos. Tal vez algo alto en contenido ácido, tal vez algo tierno, tal vez delicadezas. Probablemente más relatos. Pero que comió, comió, porque está bien alimientado: los textos, vigorosos. Tienen la potencia y la capacidad expansiva del verso, sí, pero también tiene lo propio de la narración, esa capacidad mimética con la realidad. Y entonces los textos funcionan como una máquina, que es como todo texto debería funcionar. Se expande y se contrae, una respiración. Eso Strand lo aprendió de la poesía. Nacen…
Demoras en la General Paz
Veo una duplicación y me encantan las duplicaciones. Hablar dos veces de lo mismo. Que es lo que hace la poesía. Qué es lo que hace la poesía: hablar dos veces de lo mismo. Así que díganme ustedes si también ven una duplicación acá: Demoras en la General Paz. Más allá quizá de cualquier chascarrillo simpáticón (¿qué podría ser la General Paz sino una gran demora?), la idea: la poesía está duplicada en el título. Porque qué es la poesía sino demora y qué es la poesía sino la magna General Paz. Lo que circunvala. Lo que divide, lo que no está ni adentro ni afuera: ¿qué es la poesía sino una larga avenida donde nos sentamos a tocar bocina hasta aburrirnos? Ahí creamos. Ahí creemos. Es peligrosísimo, eso. Aburrirse. Estar con las manos en el volante y no tener qué hacer. Estar con los dedos en el teléfono, acompañante,…
Un beso de Dick – Fernando Molano Vargas
Veo más complicaciones en la construcción de una ternura que de un amor. Cómo se postula una caricia, cómo acaricia una palabra: veo más dificultades en la producción de sutilezas que en lo descarado de lo waso, del desborde. Molano Vargas lo logra. Logra que veamos las mejillas sonrojadas sin tener que describirlas. Logra ver la gota de sudor que Felipe nunca larga cuando ve a Leonardo, porque eso es escribir: incompletar. Dejar librado, incluso librado al azar: el lector es un gran azar. Y en todo caso escribir es teledirigir: encapsular ternuras en guiones de diálogos. Molano Vargas lo logra. Que la gran conversación (porque Un beso de Dick es, más que nada, una gran conversación) fluya como fluiría, por ejemplo, el aire entre ellos dos. Que haya aire y que haya ellos dos y que haya capacidad para el fluir: con grandes recursos estéticos (narrativos, sí, conceptuales, sí,…
Tendres Stocks – Paul Morand
Quizá yo diría que un buen narrador más que un buen narrador debería ser un buen músico o que, en todo caso, un buen narrador siempre es un buen músico. El ritmo lo necesitamos, pero un buen músico no es eso. No es el que crea patrones, no es el que los repite, no es el que fecunda bellezas y bajezas, tampoco y mucho menos es el que escribe canciones. Un buen músico es el que hace bailar, el que conoce la santa alquimia del cuerpo, el que oyó hablar de los protones y los neutrones y su excitación física cuando algo los excita. Un buen músico es el que conoce de la química de las cosas vivas. Y aquí está Morand. Un hombre que vivió. (Tal vez para conocer de las cosas vivas se deba vivir primero). No estamos acá para discutir cómo y porqué Morand sabe de pulsos,…
El mar interior – Matías Capelli
Y tal vez un texto sea también esto: tomar unas tierras, inventarnos nacionalidades y diseñar, durante años, durante siglos, los mejores sistemas de ingeniería hidráulica para contener lo incontenible y, conteniéndolo, poder vivir. Crear tierra firme y al costado los ríos: los textos son los ríos que corren de costado. En ciudades hombres, en ciudades mujeres. Los textos son el fluir de una conciencia, de una historia que se resiste, que se resiste a desaparecer o en todo caso que, como se resiste a desaparecer, inunda nuestras ciudades, nuestros países bajos que no podemos evitar que se inunden. Porque siempre se inundan, nuestros países bajos: construímos contenciones verbales solamente para no inundarnos de nosotros mismos, de nuestro territorio. Como esta reseña, que conquista el sentido quizá sin la prolijidad de los profesionales neerlandeses, de su contención estética que crea frontera mientras crea identidad, nación. Esta reseña no tiene el pulso…
Escribir en el agua – John Cage
Qué obviedad decir que toda vida es inaccesible. Incluso tal vez la propia vida. Pero hablemos de las vidas, las otras (¿nuestra vida no es una vida otra?). Las vidas como misterio, como enigma, como cosa imposible: ¿en qué ocupan el tiempo los demás, cómo viven, qué hacen cuando dicen que hacen, qué hacen cuando dicen que no, que no hacen nada? Imposible saberlo. Fin de la pregunta. Ahora hagamos una pregunta más interesante: ¿cómo se puede acceder a una memoria? Si se puede: ¿la memoria es una vida también? ¿o es una cosa? Es una cosa, parece ser una cosa. Tengo en mis manos el libro de Cage y estoy seguro que es una cosa: Escribir en el agua, la novedad de Caja Negra, es la confirmación de que existe un modo de descarga, un modo de legado, una versión fantasmal que puede sobrevolarnos y que si las mentes…
#Reseñas| El mal menor – C.E. Feiling
Narradores: narren como Feiling. Detectives: piensen como Feiling. Villanos, asesinos, perversos: oculten como oculta Feiling. Palabras: ríndanse ante él. Si es que todavía no están rendidas. En El mal menor hay pulso, todo es pulso, todo es respiración, órganos vitales, un texto órgano que se contrae y se expande, que se hincha y se desinfla, un texto sangre que recorre, con genética híbrida entre el terror de Stephen King y los sábados de súper acción, la tensión, como una cuerda floja del pensamiento. Un equilibrio constante: lo que se dice y lo que se oculta. Esa es la cuestión del género. Porque todo texto es también dos textos. Dos planos. Los planos de Inés Gaos, que ve lo que no hay, que ve lo que no hay hasta que hay, sí que hay, mierda que hay, ¿qué cosa?, una realidad falsa, una cosa imposible, que sin embargo sucede. ¿Monstruos?: no,…
Primera persona del singular – Haruki Murakami
Un escritor sin obsesiones es como un animal sin instinto, dijo una vez aquel. Y un animal sin instinto más que un animal es una máquina y entonces conflicto porque un escritor es también una máquina: será, entonces, una máquina con obsesiones. Como la vez aquella tan famosa en la que Casciari dijo que Messi es un perro, sin dudas provocativamente, pero con ciertos argumentos: bueno, esta vez puede decirse también que Murakami es un perro, tal vez provocativamente, pero con ciertos argumentos. Un perro obsesionado, un hueso, quiere su hueso, ¿el jazz? un hueso, ¿la nostalgia? un gran hueso, ¿los Beatles? otro hueso. O no, mejor no, mejor Murakami es como un pájaro, eso queda mejor, menos provocativo, menos argumentado, pero más bello: Murakami es como un pájaro porque siempre vuelve a su nido, porque no puede más que volver a su nido, Murakami es como un pájaro porque…
El ladrido del tigre | Osvaldo Baigorria
Vamos a dejar para otra vez la cuestión de si los ambientes y las cosas son o no otro personaje de la ficción. Y por hoy vamos a suponer que sí, que son. Que todo lo que hay opera sobre la realidad. Y la transforma. Y que todo lo que hay es la realidad, pero sobre todo que tiene voluntad. Es la voluntad de un dios, en todo caso, si el autor es un dios. Vamos a dejar para otro día también la cuestión del autor. Hoy hablemos del río. Más que del tigre, más que del Tigre con mayúsculas, hablemos del río. No del río como cambio. Hoy no nos importa el río como cambio. Hoy nos importa el río como proceso de escritura. El texto de Baigorria como un río. Pero no como un río cualquiera. La novela como un arroyo del Delta, ¿estuvieron alguna vez en el…